El informe de Medio Ambiente sentencia la playa fluvial en su actual ubicación

Los técnicos de la Conselleria de Medio Mabiente de la Xunta de Galicia han remitido al Concello de Lugo el informe definitivo sobre las deficiencias de la futura playa fluvial en la ubicación prevista. De las anomalías expuestas por la Xunta se deduce que es prácticamente imposible que se puede abrir la zona de baño en el lugar previsto, a medio camino entre O Muíño y el parque de A Tolda.

Desde el Servizo de Patrimonio Natural en Lugo indican que es psoble que existan alrededor de 6.000 ejemplares de dos especies de mejillones vulnerables, por lo que el lastre de los muertos de hormigón encargados de fijar las piscinas es imposible de ejecutar. Si bien los técnicos no se cierran a la posibilidad de trasladar los moluscos, opción puesta sobre la mesa ayer por el Concello, señalan que sería necesario recibir el visto bueno de la Dirección Xeral de Patrimonio Natural. Por lo que el Gobierno local de Lara Méndez se vería obligado  a redactar una memoria de los trabajos para que desde este estamento autonómico valoraran la viabilidad del traslado. En la práctica esto significa un proceso burocrático que se culminaría probablemente más allá de la época estival, por lo que la posibilidad de que los lucenses disfrutemos de una zona de baño en río en pleno verano se desvanece según los planes previstos.

No solo el problema de los moluscos de río dificultan la apertura de la playa, desde la Xunta insisten de las faltas de seguridad que presenta el proyecto por tres motivos principales: falta de calado (actualmente hay 0,8 metros de agua y las piscinas requiere de 1,2 m para que el agua circule por el fondo), rocas en el lecho que suponen un riesgo para los bañistas y una posibilidad de riesgo de corrientes repentinas por la situación del cauce. Todas estas trabas hacen prever que la asiada playa fluvial se conbierte en el nuevo caballo de batalla de la guerra política que libran PP y PSOE a nivel local.